El primer día fue
un martes a la mañana, pese al horario Cuervo ya se encontraba con bastante
gente, en su mayoría disfrutaban de un café dentro de la cafetería y pocos
pidieron al paso. Nosotros optamos por quedarnos y nos pedimos un espresso y un
flat white, tuvimos que esperar un poco por la cantidad de gente, pero solo
unos minutos.
El espresso fue
hecho con granos de Colombia, de la varietal caturra, tostado por Big light la
tostadora de Full City Coffee House. Predominaba principalmente su acidez con
un cuerpo cremoso, típico de los granos colombianos, y pudimos encontrar notas
a higos y pan tostado siendo en general un espresso bastante frutado.
En cuanto al
flat white era balanceado con un juego entre las notas tostadas y dulces
propias de la leche, le sentimos un sabor similar al chocolate amargo como también
un cuerpo cremoso y suave, al enfriarse se sumaron los aspectos cítricos
propios del grano utilizado, el mismo que con el espresso, pero aun así había armonía
de sabores.
El segundo día
fue un día de semana a la tarde, en la cafetería había dos mesas ocupadas con
aproximadamente seis personas, era un día soleado y la actividad dentro de
Cuervo era tranquila a pesar de la cantidad de gente, hubo algunas personas que
pidieron un café al paso en el transcurso de nuestra estadía, pero no hubo un
flujo muy grande como fue en el primer día que fuimos. Nos pedimos un doppio y
una aeropress, la atención fue bastante rápida y nos prepararon el filtrado
delante nuestro.
El doppio fue
hecho con nuevamente con el grano de Colombia tostado por Big light y tenía un
gusto balanceado, pero con un pico en la acidez, las notas que catamos fueron
naranja y almendra tostada con un cuerpo cremoso y pesado en boca, el
retrogusto era suave con sabor a pan tostado.
La aeropress que
probamos era con un grano con beneficio lavado que fue plantado en Kaghema, en
la parte oeste de Uganda, entre mil doscientos a mil cuatrocientos metros de
altura que fue tostado por LAB Tostadores. El método que utilizo la barista fue
el invertido con un ratio de 15:1 dando como resultado una taza suave y
balanceada con sabores muy frutados y una acidez marcada, esta taza tenía una
nota a cereza muy brillante.
El tercer día
fuimos luego del mediodía, nuevamente el lugar se encontraba con bastante gente
repartida entre las mesas de adentro como las de afuera. En esta ocasión nos
pedimos un espresso y una V60 a recomendación de los baristas.
El espresso fue
redondo y balanceado en los sabores, bastante suave en comparación con los anteriores,
con un cuerpo igual de cremoso. Las notas que encontramos en este fueron a nuez
tostada, cítricas y frutadas. El grano que usaron era nuevamente de la varietal
caturra plantado en Colombia, tostado por Big light.
Por ultimo la
V60 que probamos fue con un grano del Congo tostado por LAB tostadores,
plantado por la cooperativa Kawa Maber en la región de Ituri, entre mil
quinientos y dos mil metros de altura, con un tostado claro y con beneficio
lavado. La bebida final era suave, redonda y frutada, pudimos encontrarle notas
a caramelo de frutilla.
En su conjunto Cuervo
es un lugar tranquilo que tiene un aire a familiaridad, el café que ofrece
puede ser fuerte para alguien que está acostumbrado a consumir café comercial,
pero esto no le quita merito, está elaborado con granos de especialidad y
baristas experimentados que dan como resultado una bebida increíble y compleja
que vale la pena probar. Personalmente recomendamos empezar con filtrados debido
a que son mas suaves en intensidad como también los precios que ellos tienen
ofrecen esta oportunidad. Si lo que buscas es algo más dulce podés probar un
flat white o la pastelería que tienen, que incluye opciones veganas y apta para
celiacos. Pese a que el protagonista en Cuervo es el café
lo que lo hace distinto de las demás cafeterías es un conjunto que va desde la música
tranquila hasta el ambiente amistoso que lo habita, los baristas dispuestos a
recomendar lo que mejor se adapte a lo que busca el cliente, es un lugar que se
ofrece a ir con amigos como a leer; tanto las mesas y sillas como el edificio
mismo evocan una nostalgia que invita a volver.
Cuervo café.
El Salvador 4580, Palermo.
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